Travesuras que te Marcan by Ruth

7:12:00 p.m.

(De izquierda a derecha) Sara, Ruth y yo
Dicen que las apariencias engañan y creo que esa frase está muy llena de verdad.  Por lo general cuando mis hermanas y yo somos presentadas siempre piensan que yo soy la mayor, o que soy la más inquieta o inclusive la que más "dolores de cabeza" le dio a mi mamá de niñas.  Todo eso no puede estar más alejado de la realidad :D (creo yo).  De la foto retro que compartí créanme que de la que hay que cuidarse es de la que está en medio.

En esta ocasión Ruth nos comparte una anécdota de cuando era niña.  Una experiencia significativa que jamás olvidaría.

--------



Como maestra, una de las cosas que constantemente les recuerdo a mis alumnos, es la importancia de seguir instrucciones y obedecer. Ya que al hacerlo les evitara problemas o situaciones que pueden ser peligrosas. Y como ejemplo de esto, puedo recordar vívidamente aquella vez cuando fuimos de día de campo unto con varias familias de la Iglesia en Guadalajara, al Bosque Los Colomos. Tenía alrededor de 7 años de edad.

Estaba muy feliz y divirtiéndome con mis amigos. Habíamos encontrado un hoyo donde quemaron un tronco de un árbol y estaba todavía con brasas encendidas. Mis amiguitos, quienes eran más grandes que yo, decidieron jugar a saltar el hoyo que era alrededor de medio metro de profundo y de ancho.

Mi mamá me advirtió y me dijo que no hiciera eso, que podría caerme. Yo le conteste, que no me caería, desobedeciendo la orden que me dio. Salte con alegría dos veces, sin embargo, la tercera vez caí exactamente dentro del hoyo. Al caer, metí las manos y pude escuchar claramente el sonido como cuando se pone agua a un sartén caliente.

Mi diversión momentánea que era un desafío a la advertencia de mi mamá terminó en una noche de dolor con los diez dedos de mis manos con ampollas llenas de líquido y ardiéndome. Fue una lección que jamás olvide. Obedecer es importante y nos evita muchos dolores, incluyendo los de unos dedos quemados.

You Might Also Like

0 comments