De lesiones a lecciones. Parte 1

6:50:00 p.m.

Hace más de un año atrás volví a cambiar de residencia.  Del, en ocasiones considerado mágico San Miguel de Allende de regreso a mi Reynosa.  Pero durante mi estancia en el Bajío aprendí varias cosas.  Una de esas fue que allá en Guanajuato sólo los OXXOs saben lo que es el aire acondicionado.  Por más fresco que sea en la mañana y en la noche, durante la tarde hace demasiado calor.


Otra de las cosas que aprendí fue escuchar mi Sexto Sentido, que en mi caso es mi madre.  Claro que digo esto después de haberle hecho caso omiso y haber tenido consecuencias.  Se celebraba el día de la Constitución y tuvimos libre el lunes 4 de febrero.  Una compañera de trabajo sugirió que fuéramos a La Gruta.  Ya saben, aguas termales, considerada por algunos fuente de la eterna juventud, casi comparada con las aguas del Jordán (bueno, quizás no tanto, pero esa es la idea).  No voy a volver a contar toda la historia aburrida otra vez pero, al día siguiente, después de haber dado un mal paso en La Gruta, terminé en el seguro social con la rodilla entablillada y un mes de incapacidad.  Durante todo ese tiempo las palabras de mi madre oponiéndose a mis deseos de ir a las  aguas termales resonaban fuertemente en mi cabeza.

         
                           Foto tomada después de desgraciarme la rodilla en La Gruta.

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